El ciclo eterno de la Vida, compuesto de nacimientos y renacimientos, es protagonista de una serie de historias circulares, completamente divorciadas de una localización espacial y temporal precisa.
Suspendidas entre ser único o estar conectado con otras personas, las diferentes dialécticas, representadas alegóricamente por otras tantas figuras femeninas, resaltan la evidencia del ser y el devenir, en una danza interminable que involucra a cada persona.
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